¡Buenos días! 

Ha costado, pero hoy estamos más cerca que ayer de poder recortar la jornada laboral. El Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto legislativo que pretende reducir la actual jornada de 40 horas semanales a 37,5. Hoy seguiremos con un ojo puesto en Roma, pendientes de la chimenea del Vaticano, y otro en Washington, por si Trump nos sorprende de nuevo. 

Superadas las discrepancias en el seno de la coalición de Gobierno, la reducción de la jornada laboral deberá sortear ahora el escollo más importante: reunir los apoyos parlamentarios suficientes. La reforma, que beneficiará a 12,5 millones de trabajadores, tiene el apoyo de los sindicatos, pero no el de la patronal y, por tanto, tampoco el del PP, aunque gran parte de sus electores estén de acuerdo con la reforma:

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• Dos de cada tres españoles apoyan la reducción de la jornada, según la encuesta de 40dB. de enero pasado. Solo el 25% de los votantes del PP y el 29% de los de Vox la rechazan. Pero en el Congreso, la mayoría no está asegurada. Así están ahora las posiciones. 

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Todo depende, una vez más, de Junts, que ya ha anunciado una enmienda a la totalidad. También el PNV ha mostrado reticencias. Pero el Gobierno cree que hay margen de negociación. Carlos E. Cué explica que tanto Pedro Sánchez como Yolanda Díaz, impulsora del proyecto, están dispuestos a remangarse para lograr este hito. La clave está en las facilidades para que las pequeñas y medianas empresas puedan adaptarse al cambio. 

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• Hay mucho debate sobre el impacto económico de la medida en costes laborales y en términos de productividad. Raquel Pascual ha recogido los estudios que hay al respecto. Recordaréis, sin embargo, que otras reformas laborales suscitaron informes catastrofistas que nunca se cumplieron. 

Todo está preparado para el cónclave. Tras 12 asambleas preparatorias, los cardenales se encierran hoy en la Capilla Sixtina y no saldrán de las dependencias hasta que haya fumata blanca y puedan decir “habemus papam”. Pese a los intensos contactos, Íñigo Domínguez nos cuenta que siguen sin conocerse y no hay favoritos claros.

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• El nuevo papa ¿podría ser africano? En ello piensan sectores conservadores, según explica Pablo Ordaz. Uno de los que cuenta con adeptos es el cardenal Fridolin Besungu Ambongo, de 65 años, fraile capuchino y arzobispo de Kinshasa. Aunque un papa negro sería visto como una muestra de apertura y audacia, en materia doctrinal es ultraconservador. Protagonizó una revuelta contra Francisco cuando permitió la bendición de las parejas del mismo sexo. 

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• Un sistema electoral diabólico. Por Juan G. Bedoya.

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• Vídeo| Se sabe cómo empieza, pero no cuándo acaba. Así funciona el cónclave.

Friedrich Merz fue elegido ayer nuevo canciller alemán en la segunda votación después de haberse llevado un buen susto en la primera. Varios diputados de la mayoría de gobierno no le votaron y acabaron faltándole seis votos para la mayoría absoluta. Puesto que el voto es secreto, no llegó a saberse quién votó en contra, pero fue un correctivo en toda regla para un candidato sobrado que ha decidido y actuado como canciller antes de serlo. Comprobar que 18 de los diputados de la coalición no le habían votado le dejó petrificado.

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• Durante las cinco horas que pasaron entre la primera y la segunda votación, Alemania se asomó a la parálisis. La crisis puso en evidencia la fragilidad de la mayoría de gobierno.  

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• Análisis| Adiós a la normalidad alemana. Por Luis