Es miércoles. La edición del boletín de hoy corresponde a una entrega de la sección Times Insider, que explica quiénes somos y qué hacemos.
A partir del miércoles, las puertas de la Capilla Sixtina en Ciudad del Vaticano estarán cerradas para el cónclave, el discreto proceso por el cual se elige al nuevo pontífice, sucesor del papa Francisco, fallecido el mes pasado a la edad de 88 años. Ciento treintaitrés cardenales de todo el mundo pasarán horas encerrados entre los muros de la capilla, con sus frescos de Miguel Ángel, hasta que uno de ellos reciba una mayoría de dos tercios. “Es política pura, con puñaladas por la espalda, sacrificando a personas y presentando candidatos falsos”, dijo Jason Horowitz, jefe de la oficina de Roma de The New York Times, quien cubrió los cónclaves papales de 2005 y 2013. “Todo el drama que rodea a este proceso es fascinante”. Los cardenales pueden votar por papeleta secreta hasta cuatro veces por día, y en cada ocasión una nube de humo negro o blanco emerge de lo alto del techo de la capilla para indicar si se ha logrado la mayoría necesaria. El cónclave puede tomar unas cuantas horas o casi tres años, un récord establecido en el siglo XIII. Una vez que el humo sea blanco, lo que indica que se ha elegido un papa, el Times publicará la noticia y la información sobre el hombre elegido en su página de inicio en cuestión de minutos, junto con información sobre sus inclinaciones canónicas. “Al menos, eso es lo que esperamos”, comentó Horowitz. “Intentamos estar preparados, pero siempre puede haber un candidato caballo negro que surja”, dijo refiriéndose a un candidato inesperado que venza a los favoritos. Entonces, ¿cómo consigue el Times información sobre lo que ocurre detrás de las puertas cerradas de la Capilla Sixtina?
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