Buenas:

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El mercado de la segunda mano tiene muchas más facetas de las que puede parecer: es una oportunidad para encontrar productos perfectamente utilizables a un precio más asequible, de móviles a chaquetas vintage; también es una forma de activismo, al prolongar la vida de esos objetos que se nos amontonan en los armarios y hacer que el mundo sea un poco más sostenible; pero también puede convertirse en otra forma más de consumismo. 

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En todos estos asuntos se detiene el reportaje de Carmen Pérez-Lanzac al que dedicamos la portada del número de Ideas de esta semana. Ha hablado con usuarios y sociólogos, y se ha acercado a las tiendas para saber por qué hay un boom de la compra-venta de productos usados, qué ventajas tiene y qué riesgos se nos están pasando por alto.

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Además de eso, entrevistamos a la filósofa Mariana Alessandri, quien explica que las emociones negativas también son necesarias, y publicamos un texto del escritor estadounidense de origen iraní Kaveh Akbar sobre los ataques de Israel a Irán y el peligro de una nueva guerra.

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Por Jaime Rubio Hancock

Cada vez compramos y vendemos más productos usados, ayudados por plataformas como Wallapop, el mayor número de tiendas y una preocupación tanto por la sostenibilidad como por nuestras carteras. Y a eso podemos sumar una parte de moda y tendencia (nada mejor que unas gafas de sol setenteras).

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Pero también tiene su parte preocupante, escribe nuestra compañera Carmen en su reportaje, como el uso de marketing que hacen algunas grandes marcas de sus programas de reventa o el peligro de caer en una nueva forma de consumismo: “El hecho de que algo sea más barato o que dé acceso casi ilimitado a cosas por un precio menor lleva a los consumidores a caer en la tentación de la compra”. Conocer bien esos riesgos nos puede ayudar a pensar en otras formas de consumir y, también, de vivir.

La filósofa estadounidense Mariana Alessandri ha publicado un libro que defiende una idea que a veces nos cuesta tener presente. El libro se titula Visión nocturna. Un viaje filosófico a través de las emociones oscuras (Koan). Y la idea es que emociones negativas como la ira, la ansiedad o el duelo forman parte de lo que somos y nos dan información que necesitamos en nuestras vidas. “Estos sentimientos nos dicen que algo está pasando −le dice Alessandri a Macarena Vidal Liy en la entrevista−. Y son humanos. Lo dice Unamuno: sufro, luego existo. Kierkegaard decía que la ansiedad es una forma de inteligencia. Pero esta sociedad nos hace sentir vergüenza por tener esos sentimientos. Pensamos que valemos menos que otros que siempre están felices y no sufren ansiedad. Esa felicidad constante es solo apariencia, versiones de Instagram. Todos sentimos dolor o ira”.